


Pie y tobillo
El pie y el tobillo soportan el peso del cuerpo y facilitan la movilidad. Sin embargo, su constante uso y la exposición a impactos los hacen vulnerables a diversas patologías. Entre las más frecuentes se encuentran las fracturas de tobillo, los esguinces de tobillo, el hallux valgus, la fascitis plantar, el pie plano y el tendón de Aquiles. Estas afecciones pueden ser causadas por traumatismos, uso inadecuado del calzado o alteraciones biomecánicas. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden mejorar significativamente la función y reducir el dolor.
Lesiones más comunes
A continuación te cuento sobre las lesiones más comunes en el pie y tobillo

Fracturas de Tobillo
Ocurren por traumatismos directos o torsiones forzadas. Causan dolor, inflamación y dificultad para apoyar el pie. Su tratamiento varía desde inmovilización con yeso hasta cirugía en casos desplazados.

Fascitis Plantar y Espolón Calcáneo
Inflamación de la fascia plantar, generando dolor en la base del pie, especialmente al caminar. En algunos casos, se asocia con la presencia de un espolón calcáneo, una calcificación en el talón que agrava el dolor. Se trata con estiramientos, fisioterapia, ortesis, infiltraciones y, en casos severos, cirugía.

Esguinces de Tobillo
Son lesiones en los ligamentos por torsiones excesivas. Se clasifican en grados I, II y III según la severidad. Provocan dolor e inflamación. El tratamiento incluye reposo, hielo, compresión y elevación (protocolo RICE), además de fisioterapia en casos moderados o graves.

Pie Plano
Disminución del arco plantar, pudiendo causar molestias y alteraciones posturales. Se maneja con plantillas ortopédicas, ejercicios de fortalecimiento y, en casos severos, cirugía correctiva.

Hallux Valgus (Juanete)
Deformidad progresiva del primer dedo del pie, generando dolor y alteraciones en la marcha. Su manejo incluye cambios en el calzado, uso de ortesis y cirugía en casos avanzados.

Tendinitis del Tendón de Aquiles
Inflamación del tendón de Aquiles por sobrecarga o actividad repetitiva. Provoca dolor en la parte posterior del tobillo. Su tratamiento incluye reposo, fisioterapia y en casos crónicos o peor, de rotura del tendón, incluso cirugía.
Un diagnóstico temprano y tratamiento adecuado son clave para mejorar la calidad de vida del paciente.
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