


Cadera
La cadera es una articulación fundamental para la movilidad y el soporte del cuerpo. Sin embargo, está expuesta a diversas patologías que pueden afectar la calidad de vida. Entre las más frecuentes se encuentran la artrosis de cadera, la displasia del desarrollo de la cadera, la necrosis avascular, la bursitis trocantérea, el síndrome del piriforme y las fracturas de cadera. Estas afecciones pueden ser causadas por envejecimiento, traumatismos o alteraciones congénitas. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden mejorar significativamente la función y reducir el dolor.
Lesiones más comunes
A continuación te cuento sobre las lesiones más comunes en la Cadera

Artrosis de Cadera
Es la degeneración del cartílago articular, causando dolor, rigidez y pérdida de movilidad. Es más frecuente en adultos mayores. Su tratamiento incluye analgésicos, fisioterapia y, en casos avanzados, reemplazo total de cadera.

Bursitis Trocantérea
Es la inflamación de la bursa en la parte externa de la cadera, causando dolor al caminar o acostarse sobre el lado afectado. Se trata con fisioterapia, antiinflamatorios y, en casos persistentes, infiltraciones o cirugía.

Pinzamiento Femoroacetabular
Es un conflicto entre el fémur y el acetábulo que provoca un roce anormal y daño en la articulación. Se manifiesta con dolor en la ingle y limitación de movimiento. El tratamiento puede incluir fisioterapia, modificaciones en la actividad física y, en casos avanzados, cirugía para corregir la deformidad ósea.

Síndrome del Piriforme
Ocurre cuando el músculo piriforme comprime el nervio ciático, provocando dolor en la cadera y la pierna. Su manejo incluye estiramientos, fisioterapia y en algunos casos, infiltraciones.

Necrosis Avascular de la Cadera
Se produce por la falta de irrigación sanguínea en la cabeza femoral, generando colapso óseo y dolor progresivo. Puede ser consecuencia de traumatismos o enfermedades sistémicas. El manejo incluye medicamentos, descompresión ósea y cirugía en casos avanzados.

Fractura de Cadera
Es una lesión grave, común en adultos mayores debido a la osteoporosis. Causa dolor intenso e incapacidad para caminar. Su tratamiento generalmente requiere cirugía con colocación de prótesis o fijación interna.
Un diagnóstico temprano y tratamiento adecuado son clave para mejorar la calidad de vida del paciente.
¡Consulta con un especialista!